A ella le gustaba mucho pintar cuando era jovencita y era bastante buena (mis conocimientos de arte consisten en "me gusta" y "no me gusta" y ella entraba en la 1ª categoría, no sé nada de técnicas), pero con mi hermano y yo, el curro y la vida en general lo abandonó.
Cuando volví a Tenerife le dio el mismo tipo de picadura anímica en el alma que a mí con el fieltro y se puso a hacerme cuadros después de 25 años de parón. Y ahí los tengo yo, colgando de las paredes de mi casa. Además quedan divinamente con mi salón verde.
El primer cuadro es el más grande de todos y tiene como motivo las mariposas. A mí me parece colorido y alegre y me encanta.

El siguiente es un jarrón con flores. Para no haber tocado los pinceles en tanto tiempo y haber comprado los materiales en CASA, me parece que el resultado está muy logrado. ¿A que la transparencia conseguida del jarrón está chulísima?

Y por último están estos pimientos. O eso dice ella, porque a mí me recuerdan mucho más a las flores de calabacín que tantas ganas tengo de probar y nunca encuentro en el mercado. Me gusta mucho el tono que consiguió, ese anaranjado-rojizo. Y le queda estupendamente a mi salón.

Y eso es todo porque tengo un salón pequeñito y ha encontrado una nueva afición: mi pequeño sobrino de 3 meses y medio.
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